México 2030: Un país en prostitución

En 2006, Felipe Calderón presentaba un ambicioso proyecto de nación al que llamó «México 2030», el cual pretendía convertir al país en un lugar de primer mundo a más tardar para el año 2030, y que sería la línea a seguir durante todo su gobierno. Por cierto, qué seguros estaban entonces los panistas de que conservarían en poder al menos 24 años más…

Curiosamente, tras el triunfo electoral del PAN, muy poco supimos del pretencioso plan nacional. Nada más se escuchó sobre él, ni conocimos nunca los avances de este proyecto. ¿No les parece raro?

Pero ¿cómo se supone que un país de tercer mundo como México, con toda su problemática, llegaría a ser primermundista en poco tiempo, hasta convertirse en una especie de empresa de la cual obtener ganancias, intereses y rendimientos? Evidentemente para Calderón y su gobierno no hubo otra respuesta más que la privatización de lo mexicano.

Energía, agua, reservas ecológicas, servicios de salud, recursos naturales, recursos humanos, turismo. Todo eso sería objeto de «venta» a la iniciativa privada, pues para Calderón el país era suyo, y como tal, podía venderlo, rentarlo o destruirlo si quisiera.

No sorprende en este sentido por ejemplo, la pretensión del gobierno de ceder a empresas extranjeras la reserva ecológica y cultural de Wirikuta, lugar sagrado de los Wirárika (huicholes)  para su destrucción en forma de minería voraz. Afortunadamente la conciencia social actuó en su beneficio y la concesión logró detenerse.

Sin embargo, otras acciones igual de evidentes y aparentemente igual de desligadas de «México 2030» han cumplido su objetivo privatizador. La desaparición forzada de la compañía «Luz y Fuerza del Centro» y la extinción de la Secretaría de Energía son un ejemplo clarísimo de lo anterior. ¿Creían que estas acciones se debían a la coyuntura del momento? Pues no fue asi, al parecer todo eso estaba planeado desde el 2006, cuando Calderón estaba en campaña.

En ciertos documentos oficiales que detallan el dichoso plan de «desarrollo» se revelan las intenciones de, por ejemplo, desaparecer la propiedad pública (o «monopolios públicos», como se le llama), así como de hacer legal el despojo de tierras y recursos a campesinos y pueblos originarios.

Según este proyecto, México se convertiría en uno de los principales centros turísticos del mundo, por lo que era claro que había que vender o concesionar las playas, el agua, y todas aquellas áreas que fuesen propensas de  inversión privada. ¿Qué parte de México con toda su riqueza no sería objeto de privatización? Casi ninguno…

No sólo eso. Actualmente el 70 % de la ciencia y tecnología, su producción e investigación, está en manos de la iniciativa privada que además de todo, queda excento del pago de impuestos, facilitando así el enriquecimiento excesivo y como si fuera poco, legal.

Así, el gobierno de Calderón podríamos calificarlo de totalmente entreguista y antinacionalista. ¿realmente nos conviene esa visión de la vida donde el dinero está por encima de todo, y todo es realmente todo. La tierra, el agua, la naturaleza, el clima, la racionalidad, la dignidad y hasta la identidad.

Algo muy similar sucedió en Argentina en 2001 cuando cayó sobre ellos la crisis más dura de toda su historia. Al gobierno se le hizo fácil privatizar absolutamente todo, dejando al pueblo, los recursos y sus intereses y necesidades, en el último lugar.

Que no nos sorprenda entonces que, gracias a un proyecto que hoy en día nadie recuerda, ni tampoco se difunde, México se convierta en el patio de juegos del mundo. Evidentemente el turismo es necesario, pero no a costa de nuestro patrimonio. Lo mexicano es de los mexicanos y de nadie más, y es México quien debe mantener soberanía sobre esto, mucho antes de siquiera pensar en venderlo al mejor postor, en una suerte de prostitución nacional.

Si a Felipe Calderón le gusta venderse, que lo haga, pero que no se lleve de corbata lo que es nuestro y lo que somos nosotros mismos. Si se preguntaban porqué México es tan rico y los mexicanos tan pobres, aquí está una posible respuesta…

El Pitufo Farsante (Heriberto Félix Guerra) y sus incumplimientos de SEDESOL

A un año de que concluya la actual Administración federal, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) sólo ha cumplido seis de las 16 metas comprometidas a inicio del Gobierno de Felipe Calderón.

La meta principal de reducir la pobreza extrema a 10.1 millones de mexicanos al 2012 se encuentra en riesgo de no ser cumplida, ya que en la actualidad hay en esta condición 11.7 millones de mexicanos.

Pero al secretario de Desarrollo Social Heriberto Félix Guerra, quien por cierto es uno de los precandidatos, descalificados de la contienda interna panista seguramente tiene bastante cola que le pisen, a tal grado que lo tuvieron que marginar de esa terna por corrupto e ineficiente.

Todavía se atreve a decir que “La gran meta de SEDESOL es la disminución de la pobreza extrema”, cuando es claro que al gobierno de Calderón le ha interesado sólo su fallida guerra contra el narcotráfico.

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