México enfrenta un gran mal desde hace muchos años, no son los malos gobiernos ni la situación política, es algo que nos afecta como sociedad y que provoca un estancamiento que aunque no lo crean es un gran peso que no hemos podido quitarnos; ¡El mexicano lee en promedio medio libro al AÑO! Es una cifra alarmante que deja la gran incógnita del porque no nos gusta leer, ¿será que en verdad simplemente no se nos da?
Cada que alguien nos habla de lectura, por lo general siempre lo relacionamos con actividades académicas o simplemente para estar informados de algún tema en específico, lo lamentable de esto es que desconocemos las grandes ventajas que deja el tener como hábito la lectura. El leer constantemente incrementa el nivel cultural, social e intelectual y permite socializar con más personas al compartir todo lo que absorbemos cuando disfrutamos de un buen libro.
Ahora, analicemos las quejas…muchos dicen que los libros son demasiado caros y que no están al alcance de todos, pues empecemos a refutar todo esto, existen muchas ferias donde encontramos libros a un costo que se acopla a cualquier bolsillo y a cualquier gusto y es una gran oportunidad para descubrir nuevos intereses personales y culturales, porque ¿Cuántos de nosotros podemos responder con certeza, que tipo de genero nos gusta y nos apasiona? El segundo pero en torno al hábito de la lectura es que hoy en día estamos envueltos en un mundo digital donde nos preocupamos más por actualizar nuestro estado en una red social o ver videos en YouTube, anunciar a todo el mundo los lugares que visitamos o simplemente distraernos jugando cualquier cosa en lugar de adentrarnos en un mundo paralelo donde todo es posible, este mundo sólo lo podemos encontrar dentro de las páginas de un libro y una buena historia. De igual forma el que estemos viviendo una época de avances tecnológicos no nos impide leer, ya que en la mayoría de nuestros dispositivos electrónicos existe la posibilidad de cargar libros electrónicos, así que segundo pero, refutado.
No podemos vivir en una sociedad donde estemos más enterados de lo que sucedió en el capítulo anterior de la novela de las ocho, que de los lanzamientos de nuevos libros o de recordar nuestra historia y sus valores; finalmente y aún cuando no lo crean, al momento de buscar una oportunidad dentro de un circulo laboral o social donde busquemos crecimiento personal el hecho de no poseer este gran valor nos marginará y perteneceremos a la estadística de mexicanos que parece que tenemos alergia a los libros.
Y la gente con poder adquisitivo para comprar libros en realidad lee poco, porque está más interesada en hacer dinero que en leer. Los estudiantes, por su parte, prefieren resolver asuntos académicos o amorosos, y aquellos que, en su lucha por sobrevivir, prefieren en sus tiempos libres una ocupación menos cansada intelectualmente hablando, como ver televisión o jugar video juegos. No existe equilibrio ni la sana costumbre de leer. Un sencillo ejemplo lo vemos en el supermercado: las personas ni siquiera leen las etiquetas de los productos que compra, a fin de decidir qué es lo mejor para su familia.
En México se vende anualmente un libro por habitante, de los cuales el 30% son libros de texto de secundaria y el resto de lo que se vende desde la industria editorial en buena medida, se destina a bibliotecas que nadie conoce. Los libros, periódicos y revistas son un medio para transmitir la cultura, y el ritmo acelerado de vida limita nuestro tiempo y transforma nuestra actitud hacia la lectura, ocasionando que los escasos lectores de placer que tenemos disminuyan poco a poco. Así, la lectura pragmática tiende a desaparecer y se sustituye por el radio o la televisión.
Esperemos que los programas que pone en marcha el gobierno para acercar a la población a la lectura den buenos resultados, se presentan actividades vecinales donde los habitantes de ciertas colonias acuden a talleres donde comparten sus gustos e intereses en compañía de lecturas que van con esas afinidades, en las escuelas incentivan a los estudiantes con concursos y premios al alumno que más lea y se le de reconocimiento por el conocimiento adquirido.
Es así que los invito a que reflexionemos y nos adentremos al maravilloso mundo de la lectura, aprendamos y compartamos las vivencias y viajes adquiridos donde solo los libros nos pueden llevar, hagamos de México un país de lectores para que podamos gozar de sus beneficios, mejor criterio, mayor cultura y mejores oportunidades para todos nosotros; no invirtamos solamente en un celular costoso, el video juego de última generación, la pantalla más nítida del mercado, los invito a que también invirtamos en nuestro intelecto y nuestra cultura, donde les aseguro, será por siempre su mejor inversión y que podrán transmitir a futuras generaciones; los dejo con una reflexión del Presidente Cubano, Fidel Castro: “Qué triste es ver que la mayoría de los mexicanos conoce más al Ratón Miguelito que a su historia, tan rica, y sus valores”.
Pero señores….¡Nunca es tarde! Cambiemos esa imagen de nuestro país, esa es tarea que nos corresponde a nosotros, el pueblo, a nadie más.