México Secuestrado
11 agosto, 2011 1 comentario
El secuestro es uno de los delitos que causa mayor impacto social, pues además de destruir la estabilidad de las víctimas, transforma por completo la forma de vida de las personas cercanas al plagiado, luego de amenazas, golpes, sometimiento y violencia extrema; las características y consecuencias del secuestro representan una amenaza a la estabilidad de la población.
En nuestro país el secuestro se ha transformado de un simple delito a una verdadera industria que deja millones de pesos a los grupos de delincuencia organizada. Es tal el éxito que ha tenido esta actividad, que en los últimos 5 años ha crecido 317%. Gracias a este incremento, México se ha posicionado como el país con mayor cantidad de secuestros en el mundo y no podríamos haber llegado a este lugar de élite si no fuera por la pobreza, falta de oportunidades y por la muy deficiente capacidad de las autoridades para combatir este problema.
Desde el año 2003, cuando el gobierno de Fox estaba en la mitad de su recorrido, una ola de secuestros inició en el país y fue tal el incremento que, en comparación con 2002, subió un 300% en un lapso muy breve. Durante 2007 se registraron 731 secuestros, en 2008 la cifra llegó a los 9,855 casos, en 2009 se registraron 11,680 casos y en el último año se reportaron 37 casos cada 24 horas, lo que nos da un espectacular resultado de 13,505 secuestros en 2010; cifras impresionantes que corroboran que a este paso difícilmente nos quitarán el primer lugar.
En lo que va de este año, se reportan 45 secuestros por día, por desgracia y por la ineptitud de nuestras autoridades, la mayoría de estos delitos no se resuelven. Hay un 90% de impunidad, he ahí el porque de su proliferación, si no me castigan lo sigo haciendo, total, los secuestradores no tienen nada que perder y mucho que ganar.
Este cáncer social es extremadamente preocupante, el hecho de comprarse algo o simplemente remodelar la casa o comprarse un auto nuevo ya nos hace candidatos a ser secuestrados. Ya es peligroso el trabajar y buscar mejorar; conseguir el ascenso social es un arma de doble filo.
En recientes fechas se aprobó la Ley Antisecuestro que modifica la forma y las penas que se impondrán a los secuestradores. Este es un gran esfuerzo político, logrado en gran parte por la presión social y a las necesidades que la situación actual de nuestro país exige. Dicha ley fue impulsada con mucha fuerza desde el ámbito civil, por personajes como la señora Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí, quienes también fueron víctimas cuando sus hijos fueron secuestrados y asesinados por sus plagiarios.
http://www.informador.com.mx/mexico/2011/274240/6/entra-en-vigor-la-ley-antisecuestro.htm
El que se haya puesto en marcha una ley antisecuestros nos da esperanzas de que este terrible cáncer de la sociedad sea controlado; es un buen comienzo, pero no es la solución.
Para poder solucionar este problema, debemos responder a las preguntas ¿qué lo provoca? y ¿por qué ha crecido tanto y se ha vuelta cada vez más violento? Esos son los cuestionamientos a resolver por parte del gobierno. Seguramente ya tiene las respuestas, pero no hace nada por resolverlas de fondo. La raíz está en la pobreza.
Lo que provoca cualquier delito (quitando los que se ejecutan por patologías psicológicas) es la miseria y el resentimiento social. Tan simple y lógico como entender que en una sociedad de consumo, lo que importa es lo que uno tiene y al no tener los medios necesarios para satisfacer las necesidades básicas, los individuos buscan cualquier modo de obtener dinero para comprar los elementos básicos para vivir (casa, comida, ropa) y en los casos más extremos, para satisfacer su dependencia a las adicciones.
Por tal situación, si el gobierno estuviera interesado en abatir esta situación, en lugar de gastar 120 mil millones de pesos en la lucha contra el narcotráfico, destinaría esa cantidad a la lucha pero contra la pobreza y la falta de educación de calidad que agobia a nuestro país.
Recordemos que una sociedad educada y con una buena calidad de vida está destinada a la paz y una sociedad como la nuestra con un gobierno como el nuestro se juega su destino cada día.